Por Emiliano Cándido
David Nalbandian y Eduardo Schwank alargaron las chances de Argentina en la Copa Davis tras vencer categóricamente a Feliciano López y Fernando Verdasco por 6-4, 6-2 y 6-3 en una hora y 59 minutos de juego. De esta manera nuestro país consigue el primer punto de la serie que comenzará a definirse en el partido que enfrentará a Rafael Nadal con Juan Martín Del Potro.
La experiencia de Nalbandian apuntaló en momentos clave a la confianza de Schwank y nunca se detuvieron. Y cuando digo nunca, es nunca. Pasaron algún que otro momento complicado para cerrar el último parcial, pero los españoles ayudaron a mantener viva esa llama de ilusión que hay en los corazones argentinos.
Parecían una dupla acostumbrada a jugar partidos decisivos. Una de esas parejas que recorren el mundo jugando semana a semana, sin embargo era la segunda vez que se juntaban a jugar tras aquella experiencia en Basilea 2008.
David y Eduardo se entendieron a la perfección, parece que nace una dupla que se quedará durante un largo tiempo, hasta ese día en el que el unquillense decida “colgar la raqueta”. Por el otro lado todo lo contrario, parece que cuando apareció en Argentina desapareció en España. López y Verdasco ya no hacen pie y veremos cuáles serán las próximas decisiones de Albert Costa si es que sigue al mando del equipo ibérico.
A pesar de todo el optimismo que genera este triunfo, la historia sigue siendo la misma. Los nuestros no tienen margen para el error y los españoles aún sí. Mañana será otra la historia… y muy diferente.
Juan Martín Del Potro, con más de 4 horas y media de trajín sobre la espalda, tendrá que salir a ganarle nada más y nada menos que a Rafael Nadal, el número 2 del mundo y mejor de la historia en “tierra batida” que se mostró muy eficiente frente Juan Mónaco en el primer partido de la serie.
Pero cuando entran a la cancha son dos jugadores. Uno español y el otro argentino. Los separará la red y el aliento del público. Alrededor de 4 mil almas albicelestes que gritan hasta quedarse sin voz y que empujan hasta quedarse sin fuerza. Y lo hacen porque están orgullosos de ser los encargados de representar a un país.
Porque tras ellos estamos nosotros, los que lo miramos por televisión, los que usamos una y mil cábalas, los que hacemos gestos, los que insultamos al aire, los que gritamos como locos. Esos a los que la gente “normal” no entiende. Esa “argentinidad” que tenemos a flor de piel cada vez que se juega la Copa Davis.
Mañana a las 9 voy a estar pegado a la pantalla, como todos y cada uno de ustedes. Resignaré horas de sueño, me lamentaré y festejaré. Pero porque tengo el mismo sueño. Un sueño que por mis medios no voy a poder cumplir, aunque querría hacerlo. Quiero que ustedes me lo cumplan. Delpo, David, Pico, Edu ya hicieron mucho y yo se que les pido mucho más, pero confío en ustedes.
Háganlo por ustedes, háganlo por su familia y háganlo por nosotros. Estoy orgulloso a pesar del resultado de mañana. Eternamente gracias.
Fotos: Notio.com.ar
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