No hay mucho para recordar de Daniel Koellerer que no sea polémica y más polémica. Lo cierto es que el tenista austriaco fue suspendido de por vida por la Unidad de Integridad del Tenis que lo declaró culpable de tres cargos: intentar influenciar el resultado de un evento, solicitar a un jugador no hacer su mejor esfuerzo en un encuentro y solicitar, ofrecer, o proveer dinero o beneficios a otro jugador con la intención de influenciar negativamente en el mejor esfuerzo de un jugador en un evento.
El telón se cerró para Crazy Dani y sus “locuras”.
¿Esta no era una mejor manera de “molestar” a sus rivales?